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Braganza (Bragança en portugués) es la capital de la región portuguesa de Trás-os-Montes, región muy montañosa que se caracteriza por su paisaje único el cual encierra pueblos históricos, naturaleza exuberante, una gastronomía exquisita en la que predomina la carne de caza como el jabalí, las aves, el conejo de monte, la liebre, el chivo montesinho y además, los grelos nos dan un guiño gallego a los platos, y el cerdo y la ternera se muestran con variadas propuestas así como la trucha de río. También disfrutarás de únicas tradiciones culturales como es el caso de su vibrante carnaval.
La ciudad se encuentra muy próxima a España ya que, entre Braganza y la frontera con España sólo se interpone el Parque Natural de Montesinho, que presenta un relieve heterogéneo con mesetas onduladas cortadas por profundos valles encajados, y es también una joya natural cuya visita es más que recomendable si eres amante de la naturaleza ya que cuenta con una gran diversidad de fauna y flora, destacando el brezo, la esteva, los castaños, los encinares y los robledales así como una extensa biodiversidad, habitando especies como el lobo ibérico, el ciervo, o el corzo.
Asimismo, en Braganza podrás contemplar la historia de los diferentes pueblos que se asentaron en el pasado así como el potencial defensivo del cerro sobre el que se asienta la actual ciudadela desde la cual podrás apreciar las sierras portuguesas de Nogueira, Montesinho y Coroa e incluso las españolas cumbres de Sanabria y de las tierras leonesas.
Además, también encontrarás una ciudad con un atractivo centro histórico y bien conservado, donde es posible observar y experimentar una armonía perfecta entre el pasado y la contemporaneidad en la que, más allá de las murallas que rodean la ciudadela, serás guiado y podrás observar una serie de templos en el que destacan el convento de S. Francisco, las Iglesias de S. Vicente (famosa porque aquí contrajeron matrimonio en secreto Pedro I e Inés de Castro, según la leyenda) y la Misericordia (en la que destaca el revestimiento de azulejos azules de su fachada), y la Antigua Catedral de Braganza, con un claustro renacentista y una sacristía digna de una visita cercana. También, en esta ruta encontrarás magníficas mansiones, construidas entre los siglos XVI y XVII.
En cuanto al origen de la ciudad, este se remonta al neolítico, cuando aquí existía un castro que sin duda sería fácilmente defendible en el que los romanos pusieron rápidamente los ojos sobre este enclave privilegiado pasando a ocuparlo durante el dominio de Hispania. Ya en la época medieval, a principios del siglo XII, Fernando Méndez el Bravo, cuñado del rey Alfonso Enríquez, construyó sobre las ruinas que quedaban una ciudadela para seguir manteniendo su carácter defensivo y, más tarde, en 1187, Sancho I de Castilla le otorgó fueros dándole su actual nombre de Braganza y, además levantó el actual castillo.
Por tanto, Braganza es una ciudad que merece la pena visitar, ya que cuenta con un gran valor histórico y cultural en el que podrás deleitarte con su centro histórico, en el que destaca la ciudadela rodeada de almenas (lo que mantiene ese espíritu a pueblo medieval), sus empedradas calles en las que podrás disfrutar de tiendas de productos artesanos y de recuerdos y comer en sus restaurantes algunos de los manjares que se sirven en esta zona de Portugal, así como su lado moderno en el que disfrutarás de grandes avenidas llenas de ocio, de sus agradables vecinos y además, sentirás el ambiente a ciudad medieval llena de tradiciones.
Índice
Braganza es una ciudad con un legado histórico que delata su importancia en el país. Rodeada de naturaleza donde avistar lobos, ciervos y cientos de especies de aves, invita a respirar hondo entre senderos biodiversos y a bajar el ritmo en pueblos con encanto donde el negro de los tejados de pizarra contrasta con colores aguerridos tradicionales; y todo esto regado con la hospitalidad transmontana donde disfrutarás de la naturaleza, la cultura, la gastronomía y la aventura. Por tanto, Braganza tiene todos los ingredientes para una escapada sorprendente donde lo mejor es su gente sonriente.
Braganza cuenta con una gran cantidad de lugares para visitar, por ello todo lo que hay que ver en esta espléndida ciudad se concentra, principalmente, en dos zonas: por un lado se encuentra la histórica ciudadela, que es la parte antigua de la ciudad y se encuentra situada en el cerro que fue tan disputado históricamente; y por otro lado, fuera de las murallas de la ciudadela, encontrarás la ciudad más moderna que surgió posteriormente una vez que el entorno se fue pacificando tras las numerosas luchas que se sucedían.
Asimismo, puedes comenzar tu visita por la majestuosa ciudadela, la cual se encuentra rodeada por una impresionante muralla que se comenzó a construir en 1377. La muralla cuenta con una altura de 6 metros y está compuesta por 15 torres de las cuales unas son de planta rectangular y otras son de planta circular, destacando de estas la famosa Torre de la Princesa. Además, la ciudadela cuenta con dos puertas principales: la Porta do Sol, situada al este de la ciudadela, es la entrada principal; y por la otra parte, encontrarás la Porta de Santo António o Porta da Vila, situada justo en el lado opuesto de la ciudadela y también es por donde hay que salir para bajar a la ciudad de Braganza, propiamente dicha.
Tras atravesar la Porta do Sol (entrada principal a la ciudadela), lo primero que ves es el imponente castillo del que destaca su sorprendente Torre del Homenaje de 33 m de altura, flanqueada por atalayas y torretas. Su interior acoge, en varias plantas, el Museo militar que incluye armas y recuerdos desde el siglo XII hasta la Primera Guerra Mundial y además, en la parte superior de la torre se encuentra la azotea, desde la que se tienen unas magníficas vistas de la ciudad y de su bello entorno natural. Sin embargo, esta no es la única torre que verás en el castillo ya que también encontrarás la Torre de la Princesa, famosa porque fue la prisión de la mujer del cuarto Duque de Braganza, a la que después asesinó en Vila Viçosa.
También, próximo al castillo encontrarás uno de los edificios más singulares de Braganza, la Domus Municipalis la cual es un edificio enigmático de la arquitectura románica civil, único en la península ibérica que fue construido en el siglo XII y además, fue clasificado como Monumento Nacional, aunque se desconoce completamente qué función cumplía en el pasado. Esta construcción tiene una forma de pentágono irregular y una vez que te encuentres en el interior de este espectacular sitio, te darás cuenta de que posee dos espacios bien diferenciados: el primero de ellos se conoce como la Casa da Câmera, un espacio que se encuentra rodeado por amplias ventanas; y el segundo es la Sala de Água, que se cree fue construida para la recolección de agua pluviales.
Otro sitio que no debes dejar pasar en tu visita a Braganza es la Iglesia de Santa María, de cuyo origen románico queda poco ya que fue remodelada en los siglos XVI, XVII y XVIII para darle un estilo barroco. El templo está estructurado en tres naves que tienen los techos policromados y arquerías que reposan sobre columnas mudéjares pero, lo primero que llamará tu atención sobre este antiguo templo es su elegante fachada porticada, con dos hermosas columnas salomónicas que flanquean el paso.
Para acabar tu recorrido por la ciudadela, puedes pasar a ver el Museo Ibérico da Máscara e do Traje en el cual te quedarás asombrado con la información disponible de las distintas manifestaciones culturales ya que podrás conocer cuáles son las festividades que se llevan a cabo durante el período invernal a través de fotografías y objetos que te harán sentir parte de esta cultura. Extrañas máscaras y curiosas vestimentas llamarán tu atención en este museo que se encuentra dividido en tres partes: el Festival de Invierno de Trás-os-Montes, el Festival de Invierno de Zamora y la Sala del Artesano.
Una vez hayas visitado todo de la ciudadela, fuera de ella también encontrarás lugares a visitar que no te puedes perder. Para dirigirte a la parte moderna de la ciudad, lo mejor es que salgas de la ciudadela por la Porta de Santo António o Porta da Vila, y desciendas cómodamente por cualquiera de las callejuelas que encontrarás a tu paso. El primer lugar interesante a visitar que podrás encontrar una vez hayas bajado por las callejuelas es la Plaza de la Sé donde se encuentra la Catedral Vieja de Braganza clasificada como monumento de interés público. De este edificio llama poderosamente la atención su portada renacentista, adornada con elementos barrocos, y de su interior hay que destacar el altar mayor y las pinturas del techo de la sacristía además de la colorida decoración con decenas de azulejos azules.
Otros lugares que seguramente llamarán tu atención son la Iglesia de São Vicente, iglesia románica reconstruida en el siglo XVII, es el lugar donde según la tradición tuvo lugar la boda secreta del rey Pedro I de Portugal con Inés de Castro, alrededor del año 1345; el Museo Do Abode de Baçal el cual es considerado uno de los mejores de Portugal, se encuentra en lo que fue el antiguo Palacio Episcopal, donde se exponen obras de arte e importantes vestigios arqueológicos destacando la epigrafía luso romana y la colección de verracos que hay expuestos en su bello y amplio jardín; y por último, no dejes pasar la oportunidad de visitar el Santuário de São Bartolomeu del cual cabe destacar su mirador desde donde podrás contemplar unas maravillosas vistas tanto del santuario como de la bella ciudad de Braganza.
Se pueden hacer varias actividades en Braganza pero, sin ninguna duda, te recomendamos que visites el entorno natural de Braganza, uno de los mejores conservados de Portugal, donde podrás encontrar lugares realmente interesantes. Asimismo, situado al norte de Braganza, ocupando todo el territorio que queda entre ésta y la frontera con España, se encuentra el Parque Natural de Montesinho reconocido como parque natural en 1979 y gran destino para personas que les guste las actividades deportivas ya que en él encontrarás excelentes lugares para practicar ciclismo y senderismo por sus senderos bien señalizados.
Además, este parque se encuentra cubierto por una amplia vegetación caracterizada por un tupido y extenso manto de encinas y castaños que forman el hábitat perfecto para dar cobijo a una variada fauna como lobos, jabalíes y águilas reales (entre otras especies). También, el parque alberga numerosos ríos y arroyos que cuentan con varias playas fluviales donde es posible bañarse durante el verano.
Por otra parte, dentro de este parque podrás visitar numerosas aldeas de las cuales podemos destacar las siguientes: la aldea de Montesinho, situada en la zona norte del parque y es de visita obligada si quieres conocer el estilo de vida ancestral que había en esta zona del país ya que, en este fabuloso lugar, encontrarás casas de pizarra y estrechas calles por las que el ganado pasea libremente y, donde las ancianas continúan lavando y tendiendo la ropa a la orilla del río. Igualmente, al recorrer sus calles sentirás que el tiempo se ha detenido.
Otra aldea de visita obligada es la aldea de Rio de Onor, situada al norte de Portugal también, es posiblemente una de las más visitadas ya que cuenta con la particularidad de que, en realidad, es la mitad de un pueblo cuya otra mitad se llama Rihonor de Castilla y es español ; la aldea de Gimonde se encuentra a unos 7 km de Braganza, en la confluencia de los ríos Onor y Sabor, justo en el límite sur del Parque Natural de Montesinho. Este lugar es famoso debido a que es uno de los sitios de paso del Camino de Santiago portugués, motivo por el que cuenta con un magnífico puente de origen romano además de estar situado en un precioso y tranquilo entorno.
Dejando a un lado las bellas aldeas, también puedes visitar el Monasterio de Castro de Avelãs situado a 3 km de Braganza, fue construido en el siglo XII por monjes benedictinos, siendo el núcleo de la vida monástica del nordeste de la región de Trás-os-Montes, hasta el siglo XVI. Además, esta iglesia es única en Portugal debido a su forma y su aparejo de ladrillo.
Por otra parte, una vez que hayas recorrido todos los monumentos y rincones que hay que ver en Braganza, te aconsejamos que recuperes fuerzas y qué mejor manera de hacerlo que degustando los platos típicos de la zona. Entre estos, te recomendamos la posta de vitela mirandesa, las alheiras, la feijoada transmontana, el cozido à portuguesa o los rojões à transmontana.
La gastronomía portuguesa es francamente deliciosa, exquisita y variada por lo que, si quieres comer en condiciones sin escatimar en gastos, te recomendamos visitar el Restaurante G Pousada (cuenta con una estrella Michelin), que se caracteriza por una cocina naturalista y un fuerte componente tradicional en el que se busca mostrar lo mejor que se puede hacer con todo lo que se puede encontrar fácilmente en la región de Trás-os-Montes. Sin embargo, también podrás encontrar restaurantes donde podrás comer bien en Braganza sin tener que gastarte mucho dinero como el Solar Bragançano, situado en la Plaza de la Sé o la Tasca Zé Tuga, en la ciudadela.
En los alrededores de Braganza, además de encontrar el Parque Natural de Montesinho, puedes disfrutar de una visita por las localidades de Miranda do Douro y Mirandela.
La primera, sede del condado, se encuentra en una espiga que domina la margen derecha del río Duero, en la sección internacional que separa la provincia portuguesa de Trás-os-Montes de la provincia española de Castilla y León. El pueblo de Miranda do Douro surgió con el rey D. Dinis que existía en los acantilados del Duero y estaba bañado por los ríos Duero y Fresno. Además, gracias a la construcción de las presas de Picote y Miranda, el condado se asumió como una región en rápido desarrollo y la ciudad, gracias a la perfecta armonía entre el pasado y el presente es hoy un verdadero museo vivo que vive de numerosos oficios (textiles, calzado y joyas) destinados a los vecinos españoles, que cruzan la frontera para hacer sus compras.
Por lo tanto, el municipio de Miranda do Douro posee un vasto, diverso y valioso patrimonio cultural y arquitectónico repartido por sus parroquias, que continúan preservando y difundiendo parte de su cultura a través de sus piezas manufacturadas como las colchas hechas en telares tradicionales, las telas de Zaragoza y Buréis, los bordados, gaitas, flautas y castañuelas.
La segunda, es una ciudad portuguesa situada en las márgenes del río Túa, perteneciente al distrito de Braganza, en la región de Trás-os-Montes, con cerca de 15.000 habitantes. La ciudad de Mirandela se caracteriza por la riqueza de sus exuberantes jardines y ofrece lugares muy interesantes para dar un agradable paseo y visitar como los comercios y tiendas de su centro peatonal, el casco histórico o el Palacio dos Távoras, un elegante palacio del siglo XVIII.
Braganza, por su situación geográfica, es una las ciudades más frías de Portugal, por lo que si vas de visita de octubre a abril, tendrás que abrigarte en condiciones y además, puede que el tiempo no te acompañe ya que es una zona donde suele llover con frecuencia.
Sin embargo, en verano puede llegar a hacer bastante calor, por lo que si vas a hacer senderismo por el Parque Natural de Montesinho, lo mejor es que evites julio y agosto. En definitiva, las mejores fechas para visitar Braganza son desde principio de mayo hasta mediados de junio y desde mediados de septiembre hasta principios de octubre.
Además, a principio de mayo podrás disfrutar durante tres días de la Feira das Cantarinhas, un evento que da a conocer lo mejor que se hace en cuanto a artesanías, confitería, artículos para el hogar y moda, productos de la tierra, cerámica y cantos tradicionales de barro, entre muchos otros; en el que estarán presentes expositores y artesanos de todo el país.
También, está la Feira Livre o feria semanal de Braganza (el mercadillo) que se celebra todos los viernes junto al Mercado Municipal y podrás encontrar toallas, camisetas, calcetines y un sinfín de objetos diversos que se unen a frutas y verduras o utensilios agrícolas de productores locales.
Durante tu estancia en la ciudad puedes realizar numerosas excursiones que harán que tu experiencia sea aún mejor. De entre ellas, te recomendamos un tour turístico en todo terreno por el paisaje que rodea Braganza. Te unirás a esta visita guiada fuera de la carretera y pasarás unas horas descubriendo este paisaje diverso que cuenta con una rica flora y fauna que rodea la región y además, este recorrido estará guiado por un guía que estará encantado de contarte más sobre estas especies únicas. También querrás mantener los ojos abiertos para la vida silvestre nativa en la que disfrutarás de corzos, venados y el lobo ibérico que vagan por estas zonas. Este tipo de tour tiene como objetivo promover los maravillosos paisajes de Trás-os-Montes con actividades en la naturaleza como excursiones off-road, senderismo y paseos a caballo, proporcionando momentos inolvidables de relajación.
Asimismo, también encontrarás una experiencia de búsqueda del tesoro por Braganza en la que podrás aprender sobre la historia de esta ciudad portuguesa durante una divertida experiencia tipo búsqueda del tesoro recorriendo sus calles y en la que tu guía, disfrazado, se convertirá en un personaje histórico y te desafiará a resolver un misterio. Rompecabezas y acertijos te llevarán a cada parada hasta llegar al final.
Los aeropuertos principales del país son el aeropuerto de Oporto (Francisco Sá Carneiro), el aeropuerto de Lisboa (Portela) y el aeropuerto Internacional de Faro. De estos, te recomendamos el aeropuerto de Oporto, ya que es el aeropuerto internacional más próximo a la ciudad de Braganza. Una vez allí, para llegar a Braganza puedes coger un avión desde la ciudad de Oporto hasta el aeropuerto de Braganza o también existen otras alternativas como ir en coche o bus desde el aeropuerto de Oporto hasta la ciudad de Braganza. Si prefieres ir en coche , desde el aeropuerto de Oporto hasta tu destino hay una distancia de unos 206 km si coges por la vía IP4 (que cuenta con peaje), y tardarías unas 2 horas y 15 min aproximadamente en llegar a Braganza aunque, si prefieres ahorrarte el peaje, puedes tomar la vía IP4 A24 que cuenta con una distancia de 254 km y una duración aproximada de 3 horas y 15 minutos.
Desafortunadamente, la ciudad de Braganza no cuenta con estación de tren, pero hay una opción más económica como el bus. Desde el aeropuerto de Oporto puedes coger un bus hasta tu destino, y el precio oscila desde los 13 euros hasta los 25 euros (los precios varían dependiendo de la empresa de bus que escojas) y el trayecto tiene una duración media de 3 horas y media aproximadamente. También existe la opción de coger un taxi que, aunque éste es más cómodo y rápido, el precio oscila entre 110-150 euros (saliendo desde el aeropuerto de Oporto).
Igualmente, si vienes desde España, la mejor opción para llegar a Braganza es desde Zamora, ya que solo 104 km separan ambas ciudades. Asimismo, basta con tomar en Zamora la carretera N-122, que poco antes de llegar a la frontera se transforma en la autovía A-4 y, tras pasarla, enlaza con la autovía IP-4 que llega hasta tu destino. También, se puede llegar a Braganza desde Puebla de Sanabria tomando la carretera ZA-921 que lleva hasta Rihonor de Castilla y Rio de Onor, para aquí tomar la N-308 que te llevará hasta tu destino. Por el contrario, ésta es una carretera mucho peor, pero también cuenta con muchísimo más encanto ya que atraviesa el Parque Natural de Montesinho.
En tu visita a Braganza no solo hay que disfrutar de sus increíbles lugares sino que también hay que buscar un buen alojamiento del que deleitarse y poder relajarte. Por eso, te recomendamos los siguientes hoteles en los que puedes quedarte durante tu estancia en Braganza.
Por un lado, encontrarás La Pousada São Bartolomeu que tiene una de las mejores vistas de la ciudadela de Braganza. Aunque es un hotel más caro de lo común y se encuentra un poco alejada del centro, si vas con coche merece la pena por su tranquilidad y para disfrutar de sus instalaciones, entre las que cuenta con una estupenda piscina y además, las habitaciones son muy amplias y luminosas ; otro hotel muy recomendable es el Solar de Santa María, el cual cuenta con una excelente ubicación, cerca del Castillo de Braganza, y de él destaca su estupendo desayuno y la limpieza y tranquilidad de sus habitaciones además de aparcamiento gratuito; el Baixa Hotel está situado a 600 metros del Castillo de Braganza y ofrece alojamiento de 2 estrellas que cuenta con salón compartido y habitaciones con aire acondicionado, conexión WiFi gratuita, baño privado, el alojamiento ofrece servicio de traslado gratuito, servicio de habitaciones y consigna de equipaje y además, la zona es ideal para practicar ciclismo y este hotel ofrece servicio de alquiler de bicicletas.
El Hotel Santa Apolónia se encuentra a medio camino entre la histórica Braganza y la autopista IP4, y ofrece un alojamiento tranquilo con conexión Wi-Fi gratuita, recepción 24 horas y aparcamiento privado gratuito y además, podrás disfrutar de un desayuno bufé con especialidades locales y continentales que se sirve en la sala de desayunos del hotel; el Inn Door 21 - Hostel & Suite ofrece alojamiento solo para adultos con jardín, salón compartido, terraza y además cuenta con cocina compartida, recepción 24 horas y WiFi gratuita en todas las instalaciones. Este establecimiento se encuentra a tan solo 400 metros del Castillo de Braganza y todas las habitaciones disponen de aire acondicionado y algunas tienen balcón.
El Secret Garden Suites in Braganza ofrece alojamiento con aire acondicionado y se encuentra muy cerca del Castillo de Braganza. Esta casa ofrece vistas a la ciudad y a la montaña y WiFi gratuito y también, está equipada con 4 dormitorios, cocina con nevera y horno y 4 baños con ducha y secador de pelo; y por último, La Casa da Viela que se encuentra a 600 metros del Castillo de Braganza, ofrece WiFi gratuito, aire acondicionado y además, la casa cuenta con 1 dormitorio, TV de pantalla plana y cocina totalmente equipada con microondas, nevera, lavadora y horno.
Del mismo modo, si prefieres un lugar que esté rodeado de naturaleza, te recomendamos la Quinta da Rica-Fé, otra opción muy recomendable de alojamiento si dispones de coche. De aquí cabe destacar el desayuno casero a base de quesos de la zona, bizcochos y compotas de frutas caseras y además, este lugar es ideal para ir con niños e incluso dispone de préstamo gratuito de bicicletas.
Mapa Interactivo:
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Este proyecto ha sido desarrollado en colaboración con:
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